Un ataque ruso contra un edificio de nueve pisos en la ciudad de Sumy, en el norte de Ucrania, mató a ocho personas e hirió a decenas, dijo un funcionario el domingo, mientras Rusia lanzaba un enorme ataque con drones y misiles contra Ucrania, descrito por las autoridades como el más grande en los últimos meses.
Entre los ocho muertos en Sumy, a 40 kilómetros (24 millas) de la frontera con Rusia, había dos niños, según el ministro del Interior de Ucrania, Ihor Klymenko. Más de 400 personas fueron evacuadas del edificio.
Los rescatistas revisaban cada apartamento en busca de personas que aún pudieran estar en el edificio impactado.
«Cada vida destruida por Rusia es una gran tragedia», afirmó Klymenko.
El ataque se produjo en medio de crecientes temores sobre las intenciones de Moscú de devastar la capacidad de generación de energía de Ucrania antes del frío invierno.
Ese mismo día, el presidente estadounidense Joe Biden autorizó por primera vez el uso de misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos a Ucrania para atacar dentro de Rusia, tras un intenso cabildeo por parte de funcionarios ucranianos.
Es probable que estas armas se utilicen en respuesta a la decisión de Corea del Norte de enviar miles de tropas para apoyar a Rusia en la región de Kursk, donde Ucrania realizó una incursión militar durante el verano.
Esta es la segunda vez que Estados Unidos permite el uso de armas occidentales dentro del territorio ruso, tras autorizar el uso de sistemas HIMARS, un arma de menor alcance, para frenar el avance de Rusia en la región de Járkov en mayo.
La primera reacción de Ucrania a la esperada decisión de Estados Unidos fue notablemente contenida. «Hoy, se dice mucho en los medios sobre que recibimos permiso para las acciones relevantes. Pero los ataques no se hacen con palabras. Estas cosas no se anuncian. Los misiles hablarán por sí mismos», dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy durante su discurso nocturno en video.
Rusia lanzó un total de 120 misiles y 90 drones en un ataque a gran escala en toda Ucrania, indicó Zelenskyy. La andanada incluyó varios tipos de drones, incluidos modelos Shahed de fabricación iraní, así como misiles de crucero, balísticos y aerobalísticos lanzados desde aeronaves.
Las fuerzas de defensa ucranianas derribaron 144 de un total de 210 objetivos aéreos, afirmó más tarde el domingo la Fuerza Aérea de Ucrania.
«El objetivo del enemigo era nuestra infraestructura energética en toda Ucrania. Desafortunadamente, hay daños materiales debido a impactos y escombros caídos. En Mykolaiv, como resultado de un ataque con drones, dos personas murieron y seis más resultaron heridas, incluidos dos niños», dijo Zelenskyy.
Otras dos personas murieron en la región de Odesa, donde el ataque dañó la infraestructura energética y provocó interrupciones en el suministro de energía y agua, informó el gobernador local Oleh Kiper. Ambas víctimas eran empleados del operador de la red eléctrica estatal ucraniana, Ukrenergo, informó la empresa horas después.
El ataque combinado de drones y misiles fue el más grande en tres meses, según el jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev, Serhii Popko.
Una persona resultó herida tras incendiarse el tejado de un edificio residencial de cinco plantas en el centro histórico de Kiev, señaló Popko. Una central termoeléctrica gestionada por la empresa privada de energía DTEK sufrió «graves daños», según la empresa.
Los ataques rusos han mermado la capacidad de generación energética de Ucrania desde que Moscú emprendió una invasión a gran escala en su país vecino en febrero de 2022, lo que ha provocado reiterados apagones de emergencia y cortes de energía rotativos a nivel nacional. Las autoridades ucranianas han instado varias veces a sus aliados occidentales a fortalecer las defensas antiaéreas del país para contrarrestar los ataques y permitir reparaciones.
El domingo se oyeron explosiones en toda Ucrania, incluida la capital, Kiev, el importante puerto sureño de Odesa, y las regiones occidentales y centrales del país, según reportes locales.
El comando operativo de las fuerzas armadas de Polonia escribió que se habían movilizado aviones polacos y aliados, incluidos cazas de combate, en el espacio aéreo polaco debido al «enorme» ataque ruso sobre la vecina Ucrania. Las medidas estaban dirigidas a proporcionar seguridad en las áreas fronterizas de Polonia.
El Ministerio de Defensa ruso reconoció haber perpetrado un ataque «masivo» con misiles y drones contra «infraestructura energética crítica» en Ucrania, pero afirmó que todas las instalaciones atacadas estaban vinculadas a la industria militar de Kiev.
Aunque las centrales nucleares ucranianas no sufrieron un impacto directo, varias subestaciones eléctricas de las que dependen sufrieron más daños, indicó el organismo de vigilancia de la energía nuclear de la ONU. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica, solo dos de los nueve reactores operativos de Ucrania siguen generando energía a plena capacidad.
Un periodista local murió el domingo cuando drones ucranianos atacaron la asediada región rusa de Kursk, informó su gobernador Aleksei Smirnov.
Las fuerzas de Moscú han estado esforzándose durante meses por desalojar a las tropas ucranianas de la provincia meridional, tras una audaz incursión en agosto que constituyó el mayor ataque contra Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, en el que unidades ucranianas, curtidas en mil batallas, tomaron rápidamente cientos de kilómetros cuadrados de territorio.
En la provincia rusa de Belgorod, próxima a Ucrania, un hombre murió en el acto luego de que un dron ucraniano arrojara explosivos sobre su auto, informó el gobernador local Vyacheslav Gladkov.
Otro dron ucraniano atacó el domingo una fábrica de aviones no tripulados en Izhevsk, en el interior de Rusia, según canales de noticias rusos contrarios al Kremlin a través de la aplicación de mensajería Telegram. El dirigente regional Aleksandr Brechalov informó que un dron explotó cerca de una fábrica de la ciudad, rompiendo ventanas pero sin causar daños graves. Un hombre fue hospitalizado brevemente por una herida en la cabeza, añadió Brechalov.